La Inspectoría Salesiana María Auxiliadora comunica que el querido hermano salesiano sacerdote don Damián Ramón Moragues Ordínez, de la comunidad de Las Palmas de Gran Canaria, fallecía a las 21:15 del jueves 11 de mayo de 2023, en la Residencia Don Pedro Ricaldone de Sevilla. Tenía 72 años de edad y había cumplido los 52 de salesiano y los 41 de sacerdote. Desde hace un tiempo estaba muy delicado de salud.Su funeral será celebrado el sábado 13, a las 9:30, en la Capilla del Colegio de la Santísima Trinidad de Sevilla.

Damián nació en El Puerto de Santa María (Cádiz), el 21 de febrero de 1951. Hizo el noviciado en San José del Valle, donde profesó el 5 de junio de 1970. Estudió la filosofía en Priego de Córdoba (1970-72). El trienio lo realizó en Mérida (1972-74) y en Badajoz (1974-75) y los estudios de teología los cursó en Sanlúcar la Mayor, residiendo sucesivamente en Sevilla-Centro de Estudios Catequéticos (1975-77), Sevilla-Triana (1977-78) y Sanlúcar la Mayor (1978-81). Recibió la ordenación sacerdotal en Sevilla, el 5 de julio de 1981, de manos del Cardenal Bueno Monreal.

Desde entonces, su labor pastoral se desarrolló en Utrera (1981-82), Cádiz-Aspirantado (1982-86), Sanlúcar la Mayor (1986-87), Roma-UPS licenciándose en Teología Espiritual Salesiana (1987-89), Sevilla-Teologado (1989-97), Cádiz (1997-2003), Burgos-Las Infantas (2003-06), como director en San José del Valle (2006-09) y en Huelva (2009-15). En Roma-Genzano fue el socio del maestro de novicios (2015-19). Y ha trabajado en Las Palmas de Gran Canaria, desde 2019 hasta hace unos días, en que se trasladó a la Residencia Don Pedro Ricaldone, donde ha fallecido.

Damián será recordado como salesiano ejemplar, apasionado por su vocación, trabajador, simpático, alegre y piadoso. Adjetivos todos que pudimos apreciar durante los seis años que estuvo en la Casa de Huelva y en la que dejó una profunda huella por su cercanía y sencillez.

Que el Señor Resucitado acoja a nuestro hermano Damián entre todos aquellos que han entregado su vida a la misión salesiana, y que María Auxiliadora, a la que tanto amó, lo acoja con el cariño de Buena Madre del cielo.

Que descanse en paz.